jueves, 18 de enero de 2018

MEJORAMOS LA COMPRENSIÓN LECTORA. TÉCNICAS DE ESTUDIO

Recuerda que en la pestaña que tienes en la parte de arriba del blog, llamada Para estudiar mejor, puedes encontrar organizadas, todas las entradas relacionadas con las técnicas de estudio:


Cuando nos sentamos a estudiar, o a hacer las tareas, la mayoría de las veces lo hacemos sin ganas, nos damos prisa, y no centramos nuestra atención en lo que se nos pide. Este error nos lleva a meter la pata una y otra vez. No solucionamos la actividad bien, contestamos otra cosa diferente a la que se nos pide, dejamos la respuesta incompleta... Seguro que te ha pasado más de una vez. Si es así, sin duda, puedes tener un problema de comprensión lectora. Y es que si tu lectura previa no ha sido buena, es imposible que realices la tarea de manera correcta. Así que vamos a darle un repaso a este tema:
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PASOS PARA REALIZAR UNA BUENA COMPRENSIÓN LECTORA.-

1.- DESCUBRE CUÁLES SON LAS IDEAS PRINCIPALES: Si no sabemos que nos quiere contar el texto, cuál es el tema principal que recoge, es muy difícil sacar conclusiones. Por eso, lo primero que tenemos que hacer es una lectura rápida del texto, en las que busquemos pistas. A esta lectura se le llama prelectura y nos sirve para preguntarnos después:

¿De qué me está hablando este texto?

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Luego puedes contestarte a esta pregunta mentalmente o anotar tus posibles respuestas en un folio. Ya veremos luego, si has acertado o no. Para comprobarlo no tienes más que volver a leer el texto, pero esta vez con más calma, fijándote muy bien en los apartados y en los datos que te aportan los diferentes párrafos. A esta lectura se le llama, lectura analítica y sirve para comprobar si lo que has apuntado en tu folio, o anotado mentalmente, es correcto o no. 

¿Lo tienes claro? Vamos a probar:

Recuerda, primero lee el texto, sin detenerte demasiado:

"Actualmente para medir longitudes se utiliza el metro y sus divisores. Sin embargo, hace tan sólo 200 años, la palabra metro no tenía ningún significado.
La forma de definir y medir una longitud ha cambiado a través de la historia: las primeras referencias utilizadas fueron partes del cuerpo humano; posteriormente, para medir se utilizaban otras unidades como la vara, que tenían longitudes diferentes según el lugar geográfico. Debido a esta falta de uniformidad, gobiernos y monarquías de diferentes países efectuaron varios intentos de unificación.
El 19 de marzo de 1791, la Academia de Ciencias de París propuso la adopción de un patrón procedente de la naturaleza: el metro. Si se aceptaba la propuesta, el metro sería la diezmillonésima parte del cuadrante de un meridiano terrestre. Ante la imposibilidad de medir todo un cuarto de meridiano desde el polo Norte al Ecuador, la solución era medir un trozo y calcular matemáticamente el valor del total. El arco de meridiano escogido en la propuesta de la academia fue el comprendido entre Dunkerque y Barcelona.
Luis XVI encargó a los topógrafos Pierre François André Méchain y Jean Baptiste Joseph Delambre llevar a cabo la medición del meridiano.
La técnica a utilizar sería la de la triangulación geodésica. Se trazaría una cadena de triángulos, los vértices de los cuales serían montañas situadas a lo largo del meridiano y se calcularía sus dimensiones a partir de la medición de dos bases, cuidadosamente medidas sobre la medida del patrón más perfecto que existía en Francia: la toesa.
Después de las mediciones de campo, se efectuaron durante seis meses los trabajos necesarios para determinar matemáticamente la longitud de la diezmillonésima parte del cuadrante del meridiano de París, el metro, y los patrones de capacidad.
Después de largos cálculos, se decidió que el metro, mediría 3 pies de rey, 11 líneas y 296 milésimas de una línea. Una toesa francesa de seis pies valdría 1,9490366 metros.
Una ley de la República Francesa del 10 de diciembre de 1799, firmada por el primer cónsul, Napoleón Bonaparte, establecía el metro para siempre con el lema: “Para todos los pueblos y para todos los tiempos”. Había nacido el metro y el sistema métrico decimal".

Ahora anota en un folio, los temas posibles de los que crees que trata el texto y vuelve a leerlo, pero esta vez más despacio. Fijándote muy bien en lo que pone. Cuando hayas terminado de leerlo, comprueba tus anotaciones. ¿Has acertado?

Efectivamente, el texto nos habla de el metro como unidad de medida. 

No te preocupes sino has acertado, lo importante es ponerlo muchas veces en práctica para conseguir mejores resultados. Esto es como todo, sino lo practicamos, no mejoramos. 

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2. - BUSCA LAS IDEAS SECUNDARIAS:  En todos los textos existen ideas principales, como la que vimos en el ejemplo anterior, e ideas secundarias. Llamamos ideas secundarias a aquellos datos relevantes que van dándonos en el texto y que completan la información que necesitamos saber de la idea principal. 

Una vez que ya sé de qué me está hablando a nivel general el texto, me toca conocer los aspectos más complementarios del mismo. 

¿Qué pistas me da el texto sobre el tema del que se está hablando?


Por muy complicado que sea el texto que tenemos delante, siempre va a ver datos que nos ayuden a comprender mejor la información que contiene. La clave está en centrarse en detectar las pistas que nos da el texto, contestando a preguntas como estas:


Es importante saber distinguir cuáles son las ideas principales de las secundarias. Las ideas principales son los grandes temas, como hemos visto antes, que se recogen en el texto. Las ideas secundarias son aquellas que completan la información que aporta el texto sobre las primeras. 

Por ejemplo, con este texto vas a probar a diferenciar cuáles serían las principales y cuáles las secundarias:

No se sabe que la liebre tenga amigos en el mundo animal. En cambio, son muchísimos sus enemigos: todos ellos carnívoros, desde la minúscula comadreja al perezosísimo tejón semivegetariano.
Por sentirse tan perseguida, la liebre ha aprendido a desconfiar de todo, actuar con máxima cautela y potenciar sus dotes de huida. Una liebre acosada no huye en línea recta, como los demás animales, sino en zig-zag, y da unos curiosos saltos, todos ellos con el objeto de perturbar a sus enemigos. Si la suerte le permite llegar a las cercanías de su madriguera, no penetra en ella directamente, sino que se entretiene en confundir sus rastros, también para desorientar al perseguidor.
A pesar de todas estas precauciones, son muchas las liebres cazadas. Previniéndolo así, la naturaleza hizo a este animal muy prolífico para dificultar su extinción. Una hembra de quince meses puede parir cuatro camadas en un año, con un total aproximado de nueve crías. Admitiendo que cuatro de éstas sean también hembras, y siguiendo el mismo ritmo de procreación, en nueve años una liebre puede dar una descendencia de 65.501 individuos.

Puedes practicar la lectura comprensiva con las actividades sobre este texto que te proponen en este enlace: https://docs.google.com

3. USA EL DICCIONARIO: A veces también nos pasa, que no somos capaces de realizar un buen vaciado de la información que nos aporta el texto, porque contiene vocabulario que para nosotros es complicado, por ser desconocido o muy técnico. Por eso es muy importante, que te acostumbres a subrayar esas palabras que no entiendes, para luego buscarlas en el diccionario. No podemos estudiar bien un tema, sino hemos entendido lo que pone. No por ir de listos, vamos a hacerlo mejor. Acostúmbrate a anotar las palabras en una hoja y a buscar lo que significa. Verás que la próxima vez que la escuches, sabrás a qué se refiere.
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4. OBSERVA LAS ILUSTRACIONES, LOS GRÁFICOS, LOS MAPAS...: Además del texto, se puede sacar mucha información de los datos complementarios que se recogen en la página. Los diferentes párrafos suelen venir acompañados de imágenes, mapas, dibujos, cuadros,... que nos aportan informaciones más detalladas del contenido del texto. Fijarse en ellos y dedicarles unos minutos también es importante.

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5. HAZTE PREGUNTAS: No hay mejor forma de fijar en la memoria lo que has aprendido que hacerte preguntas a ti mismo. Puede parecer una tontería pero en realidad no lo es tanto. Formularte preguntas en voz alta e intentar responderlas, te ayudará a asimilar bien los contenidos y de paso a saber si tienes realmente los conceptos claros o no. 
  • ¿Puedes explicarte de qué habla el texto?
  • ¿Has sabido contestar a todas las preguntas?
  • Si la respuesta es negativa, ¿Cuál crees que es la causa?

6. REALIZA TUS PROPIOS MAPAS MENTALES: Una vez tengas claro el contenido del texto, las ideas principales y las secundarias; ya estás listo para realizar un mapa mental que te sirva para consolidar eso que has estado leyendo, y que te sirva de repaso antes del examen. Pensar visualmente, te ayudará a retener mejor lo estudiado. Si además los realizas tu mismo y utilizas símbolos y dibujos que relaciones fácilmente con la información que tienes que recordar, te será mucho más fácil conservarla. Y sino, siempre tienes la opción de utilizar alguna aplicación que te ayudará a estructurar la información. Por ejemplo esta: https://www.goconqr.com
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7. PREGUNTA LO QUE NO ENTIENDAS: Puede ocurrir que después de realizar todos los pasos anteriores, sigas sin entender parte del texto. La solución no puede ser más obvia. Para eso están tus profesores. Solo hay que atreverse a preguntar. De ti depende tu nota.

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